La familia

En inglés, familia se dice "family" (fémili) y a los parientes directos se les dice "relatives" (rélatifs). En ocasiones algunos hogares están compuestos por parientes políticos, es decir, el suegro, la suegra, etcétera; en inglés a este tipo de parentezco se les conoce como "in-law" (in-ló), no obstante, en en esta publicación sólo se hará mención de los miembros de la familia más comunes y la manera en cómo se dicen en inglés con su respectiva pronunciación. Estos familiares por lo general son los que tendrán interacciones más frecuentes con los niños por lo que su aprendizaje será más eficiente.

InglésEspañolInglésEspañol
Mother
[móder]
Madre
Father
[fáder]
Padre
Mommy
[mómi]
Mami
Daddy
[dári]
Papi
Sister
[síster]
Hermana
Brother
[bróder]
Hermano
Daughter
[dóter]
Hija
Son
[son]
Hijo
Aunt
[aunt]
Tía
Uncle
[ánkol]
Tío
Grandmother
[gránmoder]
Abuela
Grandfather
[gránfader]
Abuelo
Grandma
[gránma]
Abuelita
Grandpa
[gránpa]
Abuelito

Las siguientes flashcards (ver abajo) serán de utilidad para practicar las palabras aprendidas en la lista anterior, sólo debe hacerse click en cualquier parte del fondo blanco para ver la traducción. Adicionalmente se puede hacer click en las palabras para escuchar el sonido y poder practicar escucha y pronunciación.

¿Debo saber hablar inglés muy bien para que mi hijo sea bilingüe?

Aunque saber inglés en un buen nivel es una gran ventaja, la realidad es que no es necesario ser un experto, cualquier persona con entusiasmo puede desarrollar el bilingüismo en sus hijos. El problema de muchos padres es que la mayoría no tiene conocimientos básicos de inglés, y esa falta de conocimiento los limita en sus ánimos de enseñar a sus hijos otro idioma. Esto se debe a que en Colombia, la enseñanza del inglés se hace de manera tradicional, es decir, a través de un proceso de memorización de estructuras gramaticales y de palabras que nunca se llegan a utilizar en la vida cotidiana, las cuales al final no se graban en la memoria permanente del alumno, debido a que como se ha mencionado en publicaciones anteriores: "Lo que no se usa simplemente se olvida".

Cuando se quiere enseñar a un niño un idioma que uno mismo no domina, lo primero que se tiene que hacer es tener disciplina, la disciplina para aprender y practicar lo que se enseña. También se debe contar con el apoyo de la pareja o familiares que estén dispuestos a colaborar en el proceso, reforzando la práctica de idioma y fomentando un ambiente de interacción donde el niño pueda sentirse validado en su aprendizaje.

Quizás por esta falta de conocimiento del idioma inglés, algunos padres se sientan limitados en sus deseos de formentar el bilingüismo en sus hijos, no obstante, los niños son como esponjitas que absorben todo lo que se les enseña y escuchan. Existen casos en los cuales aunque los padres no hablan inglés de manera fluida, el sólo hecho de practicar en casa ciertas palabras y frases logra que los niños sean capaces de recordar los sonidos y entender las palabras en inglés. Si el niño no encuentra en sus padres el estímulo suficiente para hablar en inglés en un entorno cotidiano muy probablemente lo aprendido pueda llegar a olvidarse. Existen otros casos en donde los niños, aunque no tengan un vasto vocabulario en inglés para conversar, poseen un vasto entendimiento fonético del idioma y son capaces de entenderlo con sólo escucharlo, a este tipo de bilingüismo se le conoce como bilingüismo pasivo, es decir, la capacidad de entender un idioma pero no hablarlo.

Los padres necesitan establecer juntos los objetivos a lograr y la forma en que enseñarán a sus hijos un segundo idioma que no dominan; también tienen que ser conscientes que la pereza y la autojustificación de uno de ellos será una piedra de tropiezo en dicho proceso. El compromiso debe ser mutuo, y la dedicación debe ser compartida. Es por esta razón que en Ludobaby se ha desarrollado un método que fomenta el aprendizaje de padres e hijos a través del juego, en el cual los padres aprenden un inglés práctico que pueden aplicar a la vida cotidiana y reforzar lo aprendido en casa.

¿El bilinguismo hace que el niño se demore en hablar?

La desinformación que algunas personas tienen acerca del bilingüismo hace que se piense que es mejor enseñar español y desistir del aprendizaje del inglés como segundo idioma. Esto ocurre porque algunos padres se dejan guiar por el consejo de docentes, quienes sin siquiera haber practicado o estudiado acerca del bilingüismo en sus propios hijos, aconsejan que es mejor que el niño aprenda primero español porque los niños bilingües se demoran en hablar el español y cuando lo hacen no lo hacen tan bien como lo hacen aquellos niños que son monolingües.

La realidad es que el retraso en el habla es un desafío común del desarrollo que afecta de un 5% a 10% de los niños sin importar si estos son o no bilingües. Este problema comúnmente afecta más a los niños que a las niñas.

Es necesario resaltar de que tanto niños bilingües (niños en proceso de aprendizaje de inglés y español) como niños monolingües (los que sólo aprenden español) están sujetos a padecer esta dificultad; por lo que se debe tener bastante claro que el bilingüismo no provoca en los niños retrasos en el habla.

Lo cierto es que los niños cuando aprenden a hablar lo hacen dependiendo del ambiente en el que se encuentren; normalmente los niños bilingües serán más fluidos en un idioma que en otro, sin embargo, utilizarán las palabras aprendidas de la manera que les parezca la más apropiada para comunicarse. Por ejemplo, cuando a nuestra hija le enseñamos inglés en casa ella aprendía las palabras de uso común tales como: ropa (clothes), cama (bed), juguetes (toys), dormir (sleep), jugar (play), etc las cuales le permitían interactuar con nosotros sus padres. No obstante, cuando ella se encontraba con niños que sólo hablaban en español ella tenía que aprender otras palabras para poder interactuar con ellos tales como: prestar (borrow/lend), ganar (win), perder (lose), turnos (turns), lanzar (throw), correr (run), etc. Probablemente cuando ella quería decir algo que sólo sabía decir en inglés y que era incapaz de decir en español pudo haber dado la impresión de que tenía dificultad para hablar.

Si consideramos la cantidad total de palabras que un niño bilingüe tiene que aprender en inglés y español será evidente que los niños bilingües tienen que aprender dos palabras para referirse a una misma cosa mientras que los niños monolingües sólo tienen que aprender una. Por esta razón a primera vista daría la impresión equivocada de que los niños bilingües tienen retrasos para hablar español en comparación con otros niños de su misma edad, sin embargo esto fácilmente se logra compensar cuando asisten al jardín donde tienen que interactuar con otros niños que hablan español; logrando de este modo desarrollar incluso una mejor comprensión verbal que los niños monolingües.

¿Un niño bilingüe tendrá problemas de aprendizaje en el jardín?

Algunos padres (incluso los que son profesores de inglés), por desconocimiento, piensan equivocadamente que lo más prudente es no enseñar inglés a sus hijos sino hasta que estos hayan dominado el español; esto se fundamenta en el temor que tienen de que el niño o niña no pueda ser capaz de comunicarse con otros niños, o peor aún, que a causa del bilingüismo ellos presenten retrasos para aprender a leer o escribir en español. Este pensamiento es totalmente falso.

El cerebro de los niños es capaz de adaptarse a cualquier entorno y de aprender el idioma requerido para comunicarse. Cuando se trata de aprender idiomas, la mayoría de estudiosos en el tema están de acuerdo en que los niños tienen la facilidad de aprender inglés a un ritmo mucho mayor del que lo hacen los adultos, y si tienen la oportunidad de aprenderlo desde que son bebés el resultado será mucho mejor. 

Durante los primeros años de vida el cerebro se concentra en aprender el idioma al que se encuentra expuesto consolidando y almacenando la información en la memoria de largo plazo. Cuando la información está consolidada y empieza a especializarse el lenguaje, la capacidad natural de aprender un idioma diferente al español se va perdiendo, mucho más cuando el idioma (el inglés) no se practica con suficiente frecuencia en la casa. Por tal razón, aprender inglés durante la adolescencia o incluso en una etapa adulta resulta un verdadero desafío para muchas personas; quienes en la mayoría de los casos, terminan frustrándose ante la dificultad. Naturalmente hay excepciones a la regla, debido a la existencia de un selecto grupo de personas que sí tienen facilidad para los idiomas, sin embargo, con algo de tristeza se dan cuenta que aprender un idioma pasada la infancia jamás será igual que aprender un idioma como lo hacen los niños.

Aprender un idioma en una etapa madura de la vida siempre va a requerir una inversión de esfuerzo, dedicación y disciplina. Incluso, este esfuerzo será mayor si se quiere lograr tener cierto grado de fluidez. Esto no sucede con los niños, para ellos aprender inglés es parte de un proceso natural en el cual escuchar, repetir y pronunciar no requiere un esfuerzo sobrehumano. Otro factor interesante, es que es casi seguro que el adulto que aprenda inglés lo aprenderá con cierto acento latino, el cual es muy evidente para un nativo angloparlante; no obstante los niños bilingües pueden aprender inglés con un acento neutro.

Las sugerencias para los padres que quieren encaminarse en el bilingüismo es dejar de lado los miedos y buscar un verdadero apoyo en su pareja y familiares. Cuando existen las ganas de hacer algo nada en el mundo puede alejarnos de nuestro verdadero objetivo, si genuinamente queremos enseñar inglés a nuestros hijos entonces seremos capaces de tener tiempo para ellos y de aprender con ellos. Seremos capaces incluso de soportar los comentarios de personas malintencionadas, que frustradas por ver el éxito que empecemos a lograr, dirán: "¿Para qué le enseñas inglés a tus hijos tan pequeños?", "¿No te das cuenta que eso no le va a servir?", "El niño(a) se va a confundir si le enseñas inglés tan chiquito", "Yo no le enseño inglés a mi hijo(a) porque quiero aprenda bien español". Recordemos que el que nada ha logrado en la vida tampoco quiere el otro lo logre.

¿El bilingüismo confunde a los niños al hablar?

Es completamente normal que los niños bilingües lleguen a mezclar las palabras en diferentes idiomas. Esto es parte natural del proceso del bilingüismo. Lo que sucede es que las personas monolingües encuentran esta mezcla de idiomas como algo perturbador y caen en el error de malinterpretar este proceso natural como una confusión en el aprendizaje del niño, concluyendo en que "el niño está confundido" y que no es capaz de expresar sus ideas de manera objetiva en el idioma correcto.
Esta conclusión prematura lleva a los padres a pensar (de manera equivocada) de que el bilingüismo hace que los niños no tengan nociones básicas del español y que sólo provoca en ellos confusión al momento de hablar.

Para poder entender lo que ocurre debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Son los niños pequeños realmente conscientes de que están aprendiendo diferentes idiomas al mismo tiempo? ¿Acaso el cerebro de los niños clasifica de manera automática las palabras del idioma en un compartimento y las palabras de un idioma diferente en otro? Creer que un niño bilingüe logra de manera automática hacer una distinción entre un idioma y otro a temprana edad es como pensar que un bebé que tiene una madre que le habla español y un padre que le habla inglés guarda los dos idiomas en dos partes diferentes de su cerebro para luego, como por arte de magia, utilizar los idiomas aprendidos según el momento y las circunstancias en el que se encuentre tal como lo hacen los adultos monolingües que aprenden inglés siendo mayores. Lo cierto es que, indistintamente del idioma, las palabras aprendidas se guardan todas juntas en el mismo lugar, esa es la razón por la cual a veces los niños bilingües, cuando todavía son pequeños, llegan a mezclar los idiomas.

Obviamente esta mezcla de palabras en diferentes idiomas ocurre debido a que los niños en proceso de adquisición del lenguaje todavía no son conscientes de que sólo sus padres hablan en dos idiomas (inglés/español - español/inglés), aún no han llegado a la comprensión de que existen personas fuera de su entorno familiar que están limitados a hablarles en un sólo idioma (español). Para los niños bilingües las palabras en ambos idiomas son considerados "sinónimos". Cuando nuestra hija tenía 2 años su idioma de preferencia era el inglés, una de las razones por las cuales ella prefería este idioma por sobre el español era por la facilidad que tiene el inglés de formar oraciones utilizando pocas palabras. Era normal para nosotros escucharle decir: "Mommy, I want cookies", sin embargo cuando estaba con su abuelita monolingüe ella decía: "Abuelita, quiero cookies". Esto ocurría porque fonéticamente "cookies" (kú-kis) es más fácil que decir "galletas" (ga-lle-tas). Para nuestra hija en ese momento ambas palabras eran sinónimos, en su cabeza no habían etiquetas como "esto es inglés y esto es español". Lo más importante para un niño en proceso de adquisición del lenguaje será expresar sus ideas y decirle al adulto lo que necesita, aunque a veces esto implique mezclar idiomas; al fin y al cabo, el idioma es más que todo una herramienta que debe ser utilizada para comunicarse y ser entendido.

Incluso algunos adultos, que aprenden inglés siendo mayores, a veces mezclan alguna que otra palabra en español o viceversa y seguramente se sorprenderían mucho si un maestro de jardín o de colegio les dijera: "Usted está confundido a causa del bilingüismo". Si esta mezcla de palabras en diferentes idiomas ocurre con los adultos ¿Por qué los niños deberían ser diferentes?. Pese a lo anterior, este proceso de mezclar palabras en diferentes idiomas no es algo que dure para siempre. Está comprobado que alrededor de los 3 años de edad los niños bilingües comienzan a darse cuenta de que hablan dos idiomas diferentes y que existen personas que les entienden cuando hablan uno y otras que no. A medida que crezcan también lo hará su capacidad de hablar en ambos idiomas, desarrollando mayor eficiencia al momento de comunicar ideas y pensamientos propios; así que no hay de qué preocuparse, simplemente seguir en este hermoso proceso con ánimos y determinación.